Las batallas en el despierto (actividad)
Actividad 1. Después de la lectura, el alumno identificará las oraciones que tienen una primera persona (en plural) y las transcribirá en el blog.
Íbamos a ver películas de Errol Flynn y Tyrone Power, a matinés con una de episodios completa: La invasión de Mongo era mi predilecta.
Qué importa, contestaba mi hermano, si bajo el régimen de Miguel Alemán ya vivimos hundidos en la mierda.
Escribíamos mil veces los castigos: debo ser obediente, debo ser obediente, debo ser obediente con mis padres y maestros.
Nos enseñaban historia patria, lengua nacional, geografía del D.F: los ríos (aún quedaban ríos), las montañas (se veían las montañas).
Para el impensable año dos mil se auguraba -sin especificar cómo íbamos a lograrlo- un porvenir de plenitud y bienes universales.
Mientras tanto nos modernizábamos, incorporábamos a nuestra habla términos que primero habían sonado como pochismos en las películas de Tin Tan y luego insensiblemente se mexicanizaban: tenquíu, oquéi, uasamara, sherap, sorry, uan móment pliis.
Mientras tanto nos modernizábamos, incorporábamos a nuestra habla términos que primero habían sonado como pochismos en las películas de Tin Tan y luego insensiblemente se mexicanizaban: tenquíu, oquéi, uasamara, sherap, sorry, uan móment pliis. Empezábamos a comer hamburguesas, pays, donas, jotdogs, malteadas, áiscrim, margarina, mantequilla de cacahuate. La cocacola sepultaba las aguas frescas de jamaica, chía, limón. Los pobres seguían tomando tepache. Nuestros padres se habituaban al jaibol que en principio les supo a medicina. En mi casa está prohibido el tequila, le escuché a decir a mi tío Julián. Yo nada más sirvo whisky a mis invitados: hay que blanquear el gusto de los mexicanos.
Adaptación
Actualmente estamos en constante cambio, creamos neologismos todo el tiempo y ocupamos palabras de diferentes partes del mundo (aunque muchas veces no sabemos su significado). Cada cierto tiempo algunas expresiones quedan olvidadas, por ejemplo, hace algunos años hacían frases que empezaban con "voy a hacer la..." y la palabra terminaba con "sion". Las palabras como ok, bye, hi, sorry, entre otras, no van a desaparecer de nuestro vocabulario. A mi me gustan los k-dramas, el k-pop, el anime y otras cosas, el punto es que me he estado acostumbrando a repetir comportamientos o palabras. Hace unos días inconscientemente saludé con una reverencia.
Adaptación 2.0
Mientras tanto nos modernizábamos, incorporábamos a nuestra habla términos que primero habían sonado como pochismos insensiblemente se globalizaban: .... Empezábamos a comer hamburguesas, pays, donas, jotdogs, malteadas, áiscrim, margarina, mantequilla de cacahuate. La cocacola sepultaba las aguas frescas de jamaica, chía, limón. Los pobres seguían tomando tepache. Nuestros padres se habituaban al jaibol que en principio les supo a medicina. En mi casa está prohibido el tequila, le escuché decir a mi tío Julián. Yo nada más sirvo whisky a mis invitados: hay que blanquear el gusto de los mexicanos.
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